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in Revista de Psicología
Inmigración en La Araucanía, ¿cómo viven este proceso haitianos, colombianos y venezolanos?
Resumen:
El proceso migratorio y la adaptación a la cultura receptora presentan una serie de desafíos únicos para los inmigrantes, los cuales repercuten en su nivel de ajuste psicosocial. Este estudio busca caracterizar a tres grupos de inmigrantes. Usando un muestreo intencionado de tipo bola de nieve se encuestó a 150 inmigrantes, provenientes de Colombia (n = 50), Venezuela (n = 50) y Haití (n = 50). Todos eran mayores de edad y residían en la región de La Araucanía. Los participantes contestaron escalas de estrés aculturativo, discriminación percibida, emociones asociadas a la discriminación, estrategias de aculturación, apoyo social, optimismo disposicional y preguntas sociodemográficas. Los datos fueron analizados mediante análisis descriptivos y comparativos entre grupos. Los resultados revelaron que los tres grupos utilizaron, en mayor medida, la estrategia de integración. Sin embargo, el proceso de aculturación presentó diferencias según el país de origen. Así, los inmigrantes haitianos reportaron indicadores más desfavorables, mientras que venezolanos presentaron los más favorables. Estos resultados permiten comprender el proceso migratorio en contexto, considerando las características particulares de cada grupo y las condiciones de la cultura receptora. Así, cada grupo presenta un perfil diferenciado que informa sobre cómo se experimentan las interacciones culturales propias de la migración.
Introducción
Los desplazamientos poblacionales entre países han ocurrido a lo largo de toda la historia de la humanidad, sin embargo, en los últimos años estos se han vuelto más frecuentes (Blukacz, Cabieses, & Markkula, 2020; Cabieses, Chepo, Obach, & Espinoza, 2019; Mármora, 1989; Zlobina, Basabe, Paez, & Furnham, 2006). Chile, durante el siglo XX, se caracterizó por una llegada de inmigrantes latinos, principalmente peruanos y bolivianos (Aninat & Vergara, 2019). Desde entonces, distintos países han destacado el atractivo que ofrece Chile en términos económicos y laborales, lo que ha generado un arribo de 300 mil inmigrantes internacionales y refugiados, aproximadamente (ONU-DAES, 2019). Este alto flujo de entrada al país refleja una tendencia acelerada respecto a las cifras migratorias de los últimos 35 años (Departamento de Extranjería y Migración [DEM], 2020; Instituto Nacional de Estadística [INE], 2020). Recientemente, ciudadanos venezolanos, colombianos y haitianos han decidido llegar a Chile debido a las crisis políticas, humanitarias, económicas y/o como consecuencia de desastres naturales ocurridos en sus países (Bellolio & Valdés, 2020).
Esta migración no ha presentado la misma distribución en todas las regiones de Chile. Específicamente, una mayor concentración de inmigrantes se encuentra habitando en las regiones Metropolitana, Tarapacá, Arica y Parinacota, y Antofagasta (INE, 2019). Dada la crisis migratoria en el norte del país durante 2020 y 2021, los inmigrantes han decidido explorar nuevas oportunidades en el sur de Chile (BBC News, 2021).
Para los migrantes, la llegada a un nuevo lugar trae consigo una serie de retos y situaciones desafiantes para lograr adaptarse a una cultura diferente. Al respecto, Melero Valdés y Díe Olmos (2010 ) han planteado que si las demandas impuestas por la adaptación a la cultura receptora son más altas que los recursos y las capacidades individuales para lidiar con estos desafíos, entonces, es posible experimentar estrés aculturativo (Berry, 2019; Urzúa, Heredia, & Caqueo-Urízar, 2016; Williams & Berry, 1991). El estrés aculturativo se ha asociado con diversas consecuencias negativas para la salud mental de los inmigrantes, por ejemplo, sentimientos de marginación, confusión de la identidad, mayor sintomatología psicosomática y prevalencia de síntomas ansiosos y depresivos (Bekteshi & Van Hook, 2015; Krieger, 1990 ; Urzúa, Ferrer et al., 2017).
El impacto negativo producido por el estrés aculturativo podría acentuarse si, adicionalmente, se experimenta discriminación en el país receptor ( Nina-Estrella, 2018 ). La discriminación suele incluir conductas de rechazo, exclusión, indiferencia y trato injusto, las cuales son percibidas por los inmigrantes, debido a su condición migratoria u otras características como acento, color de piel y vestimenta (Cabieses, Bernales, & Mclntyre, 2017). En Chile, los datos reportados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen; Ministerio de Desarrollo Social y Familia, 2018) sostienen que uno de cada tres inmigrantes reporta haber vivido experiencias de discriminación o trato injusto. Al desagregar estos datos por país de origen, Rosales (2020 ) advierte una tasa mayor de discriminación percibida en inmigrantes colombianos (50,8%) versus sus homólogos venezolanos (36,1%) y haitianos (23,4%).
La demanda que significa la adaptación a un contexto cultural diferente genera cambios actitudinales, identitarios y conductuales (Mera-Lemp, Bilbao, & Martínez-Zelaya, 2020), que pueden manifestarse en la experimentación de estados emocionales negativos. Específicamente, el estudio de la situación de inmigrantes en Chile ha reportado que los procesos de aculturación se viven acompañados de emociones tales como ansiedad, temor, desconfianza y nostalgia (Gómez-Mendoza, Rincón-Hoyos, Hernández-Ramírez, Monroy-Saavedra, & Fula-Londoño, 2019; Rodríguez & Gissi, 2019; Urzúa et al., 2016).
De acuerdo con Berry y Sam (2016 ), si los inmigrantes experimentan estrés aculturativo, discriminación y emociones negativas en su llegada al país receptor es posible que el proceso de adaptación individual y contacto con la nueva cultura se vea afectado (i.e., aculturación). Berry, Kim, Power, Young y Bujaki (1989 ) plantearon cuatro posibles estrategias aculturativas que se pueden adoptar cuando dos culturas entran en contacto. Estas estrategias conciben la aculturación según el nivel de involucramiento tanto en la cultura de origen como en la cultura receptora y son: (1) integración, referente a la mantención de la cultura de origen y adopción de la cultura receptora; (2) separación, que implica la mantención de la cultura de origen y el rechazo de la cultura receptora; (3) asimilación, descrita como el rechazo de la cultura de origen y la adopción de la cultura receptora; y (4) marginación, en la que se rechaza tanto la cultura de origen como la receptora ( Berry, 1997 ).
La literatura existente postula que la adopción de una u otra estrategia tiene repercusiones en el ajuste individual psicosocial de quien migra ( Gruia-Anghel, 2016 ; Yáñez & Cárdenas, 2010). Respecto de lo anterior, las estrategias aculturativas de integración y asimilación son las más frecuentemente empleadas por inmigrantes. Estudios con población migrante en diversos contextos como España y Chile han demostrado que las estrategias de integración y asimilación están asociadas a un mejor ajuste psicosocial del migrante, y se vinculan con mayor nivel de bienestar y calidad de vida (Nguyen & Benet-Martínez, 2013; Urzúa, et al., 2016; Urzúa, Ferrer et al., 2017). En contraste, las estrategias de separación y marginación son adoptadas en menor medida y se asocian con mayor dificultad de adaptación al país receptor, mayor discriminación y mayor prevalencia de malestar emocional (Yáñez & Cárdenas, 2010).
Dado que las estrategias aculturativas juegan un rol fundamental en la valoración de la experiencia que tienen los inmigrantes en el país de acogida, es relevante investigar aquellas variables que pueden amortiguar las consecuencias negativas generadas por la migración. Algunos autores han señalado que el apoyo social, entendido como un conjunto de elementos expresivos o instrumentales, percibidos o reales, que entregan las personas y la comunidad del entorno más cercano (Lin, Dean & Ensel, 1986) tendría un rol determinando el bienestar subjetivo y la satisfacción vital de los inmigrantes, actuando como un mediador entre la salud mental y una adecuada adaptación al país receptor (Calvo, Carr, & Matz-Costa, 2017; Hernández, Pozo & Alonso, 2004; Porter & Haslam, 2005). Del mismo modo, se ha encontrado que el optimismo disposicional, es decir, la predisposición y expectativas que tienen las personas hacia distintos eventos (i.e., adaptación al país receptor), está asociado con mejores relaciones interpersonales, menor sintomatología depresiva (Márquez-González, Baltar, Puente, & Romero-Moreno, 2009) y mejor salud física y emocional (Martínez-Correa, Del Paso, García-León, & González-Jareño, 2006).
Los procesos migratorios son cada vez más frecuentes y presentan diversos desafíos, pues el proceso de adaptación requiere de un gran esfuerzo a nivel personal, familiar y social. Estudiar estas vivencias podría entregar evidencia que permita disminuir las barreras y apoyar los procesos de integración, sobre todo en una región multicultural en que estos procesos han sido recientes.
El presente estudio tiene como objetivo caracterizar el proceso de inmigración de haitianos, colombianos y venezolanos que llegan a vivir a la región de La Araucanía. Específicamente, se busca describir y comparar los niveles de estrés aculturativo, discriminación percibida, emociones y estados afectivos asociados a la discriminación, estrategias de aculturación, apoyo social y optimismo disposicional que reportan los inmigrantes según el país de origen.
Método
Este estudio contempla un diseño cuantitativo transversal y con un alcance descriptivo.
Participantes
Mediante un muestreo intencionado de tipo bola de nieve, fueron contactados 150 inmigrantes procedentes de Colombia (n = 50), Venezuela (n = 50) y Haití (n = 50).
Se consideró como criterio de inclusión que los participantes fueran mayores de edad y se encontraran residiendo en la región de La Araucanía. El rango de edad de los participantes fluctuó entre los 19 y 60 años (M = 32,50; DT = 9,05), quienes, en promedio, llevaban 30,52 meses viviendo en Chile (DT = 27,64 meses). La descripción global y por país de los participantes de este estudio se encuentra en la tabla 1 .
Medidas
Datos sociodemográficos. Se recopiló información como sexo (hombre o mujer), edad, estado civil (soltero/a, casado/a, viudo/a, divorciado/separado/a o conviviendo), nivel educacional (primaria, secundaria, universitaria, posgrado), ocupación actual (sin empleo, tiempo parcial, tiempo completo, dueño/a de casa, estudiante que trabaja, estudiante sin trabajar u otro), ingreso mensual (en pesos chilenos), nivel socioeconómico (bajo, medio bajo, medio, medio alto y alto), motivo de migración (estudios, búsqueda de trabajo, contrato de trabajo, acompañar a un familiar y otro), y tiempo viviendo en Chile (en meses), para caracterizar la muestra.
Estrés aculturativo. Esta variable se midió por medio de una escala elaborada ad-hoc con 42 ítems y construida con base en la Barcelona Immigration Stress Scale (Tomás-Sábado, Qureshi, Montserrat, & Collazos, 2007) y la escala de Estrés para inmigrantes de Hernández, Hernández y González (2011 ). En cuanto a la evidencia de propiedades psicométricas de las escalas originales, la Barcelona Immigration Stress Scale fue validada en España con 92 migrantes voluntarios y la confiabilidad reportada fue de α = 0,94, mientras que la escala de Estrés para inmigrantes fue validada en España con 692 migrantes latinoamericanos obteniendo una confiabilidad de α = 0,92. Ejemplos de ítems de esta escala son: “Extraño las costumbres de mi país de origen” y “No me siento aceptado en este país”. El formato de respuesta es de 5 puntos, desde 1 (No he vivido esa situación o no me ha perjudicado) hasta 5 (Me ha perjudicado muchísimo). Puntajes altos revelan la presencia de mayor estrés aculturativo. La escala se utilizó de manera unidimensional, arrojando una excelente confiabilidad (ω de McDonald = 0,958).
Discriminación hacia exogrupos. Escala elaborada ad-hoc con 23 ítems construida con base en la escala Day to Day Unfair Treatment (Krieger, Smith, Naishadham, Hartman, & Barbeau, 2005) y la Escala de Maltrato Interpersonal de Baeza-Rivera (2015 ). Esta escala evalúa la frecuencia con la que se han experimentado distintas situaciones de discriminación. Los instrumentos originales dan cuenta de evidencia de propiedades psicométricas adecuadas, en específico la escala Day to Day Unfair Treatment de α = 0,74 y de α = 0,70 en el test-retest, mientras que la Escala de Maltrato Interpersonal tiene una confiabilidad de α = 0,92. Ejemplos de ítems son: “Personas me han mirado con desprecio” y “He sido vigilado en las tiendas”. Las opciones de respuesta son cinco y van desde 1 (Nunca) hasta 5 (Casi siempre); así mayores puntajes reflejan mayor percepción de discriminación. Esta escala se utiliza en este estudio de manera unidimensional, presentando una excelente confiabilidad (ω de McDonald = 0,937).
Emociones y estados afectivos. Se utilizó la Escala de Emociones y Estados Afectivos Negativos asociados a la discriminación ( Baeza-Rivera, 2015 ). Esta escala evalúa la frecuencia con la que se han experimentado 13 emociones y estados afectivos luego de haber experimentado un evento de discriminación. Las opciones de respuesta son cinco y van desde 1 (Nada) hasta 5 (Mucho). A mayor puntaje, mayor es la presencia de emociones y estados afectivos negativos. Estudios con muestras chilenas dan cuenta de excelente confiabilidad α = 0,973 y evidencia de validez en una muestra chilena ( Baeza-Rivera, 2015 ). El uso de la escala es unidimensional en este estudio y la confiabilidad fue excelente (ω de McDonald = 0,946).
Estrategias de Aculturación. Se utilizaron las dos preguntas del cuestionario creado por Zlobina, Basabe, y Páez (2004) basado en las estrategias de aculturación de Berry (1997 ). Los ítems son: “Creo importante mantener las costumbres de mi país de origen” y “Creo importante mantener las costumbres y tradiciones de Chile”. El formato de respuesta va desde 0 (Nada) a 10 (Mucho). De acuerdo con la recomendación de los autores (Zlobina et al., 2004 ), los puntajes obtenidos para cada uno de estos ítems fueron divididos entre altos y bajos usando el punto medio de la escala (cinco). La tabulación cruzada de estas variables dicotómicas genera las cuatro estrategias aculturativas: integración, asimilación, separación y marginación.
Apoyo social. Se utilizó la escala de apoyo social percibido ENRICHD Social Support Inventory, utilizada previamente en español por Cancino, Rehbein-Felmer y Ortiz (2018 ) en Chile. Esta escala posee seis ítems que miden la frecuencia del apoyo social percibido en el último mes. Las opciones de respuestas son cinco y van desde Nunca (1) hasta Siempre (5). Un ejemplo de ítems es “alguien ha estado disponible para escucharme”. Se utilizó el promedio general de todos los ítems que componen la escala, de manera que altos puntajes reflejan mayor percepción de apoyo social. Esta escala mostró excelentes niveles de confiabilidad (ω de McDonald = 0,909).
Optimismo disposicional. Escala de Optimismo Disposicional (LOT-R; Valdelamar-Jiménez & Sánchez- Pedraza, 2017). Esta escala contiene diez ítems que evalúan la tendencia a esperar resultados positivos y favorables. Está compuesta por una subescala de optimismo (ítems 1, 4 y 10) y una subescala de pesimismo (ítems 3, 7 y 9); los ítems restantes se utilizan como distractores. Los participantes deben indicar el grado de acuerdo con cada una de las afirmaciones —por ejemplo, “siempre soy optimista respecto a mi futuro”—, usando una escala de cinco puntos que van desde Muy en desacuerdo (1) a Muy de acuerdo (5). Para esta investigación se utilizó la subescala de optimismo. El índice de confiabilidad de la escala de optimismo fue aceptable (ω de McDonald = 0,76) y similar a los hallazgos en una muestra chilena (α=0,72) realizada por Ortiz, Gómez-Pérez, Canoino y Barrera-Herrera (2016 ).
Procedimiento
Se tomó contacto con diversas agrupaciones de migrantes, quienes difundieron la invitación a participar en el estudio. Los instrumentos fueron contestados en español por los participantes venezolanos y colombianos. Los instrumentos fueron traducidos y adaptados al creolé para los participantes haitianos por medio de un proceso de traducción-retrotraducción 1 . A quienes accedieron a participar, se les solicitó firmar un consentimiento informado, que estipulaba los resguardos éticos tomados para proteger la integridad e identidad de los participantes. El proceso de recolección de datos se llevó a cabo desde junio a septiembre de 2019. Los instrumentos fueron aplicados de manera individual por tres miembros del equipo de investigación quienes fueron capacitados para aplicar el instrumento y responder las inquietudes de los participantes con un procedimiento estándar. El tiempo utilizado para responder los cuestionarios era alrededor de 20 minutos, el cual fue retribuido (diez mil pesos chilenos, alrededor de 13 dólares). El estudio fue autorizado por el Comité de Ética de la Universidad Católica de Temuco (Res. Nº 21/18).
Plan de análisis
Se realizaron análisis de frecuencia y descriptivos tales como media y desviación estándar para caracterizar la muestra. Además, se comprobó la distribución de las variables y dado que no presentaron distribución normal (Shapiro-Wilk < 0,05), se utilizaron análisis no paramétricos para realizar las comparaciones de grupo en el software JASP ( JASP Team, 2020). Posteriormente, se efectuaron análisis de confiabilidad de las escalas usando el coeficiente omega de McDonald, el más apropiado considerando la naturaleza ordinal de las variables (Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017). Se calcularon las medias de cada escala y fueron comparadas según el país de procedencia de los inmigrantes mediante la prueba de Kruskal-Wallis, y se realizaron análisis post-hoc de Dunn con el fin de identificar diferencias entre los países. Finalmente, se calculó el tamaño del efecto de dichas diferencias usando eta cuadrado (coeficiente η2), que de acuerdo con Cohen (1992 ), se interpreta de la siguiente manera: entre 0,02 y 0,13 pequeño, entre 0,13 y 0,26 mediano y sobre 0,26 grande.
Resultados
En primer lugar, serán presentados los resultados asociados a las variables: estrés aculturativo, discriminación percibida, emociones y estados afectivos asociados a eventos de discriminación. Luego, los asociados a las estrategias de aculturación y en último lugar aquellos relacionados con el apoyo social y optimismo disposicional.
Se compararon según país en los promedios obtenidos por los participantes en la escala de estrés aculturativo. Los resultados revelaron diferencias estadísticamente significativas entre los tres grupos (χ2 = 6,8; gl = 2; p < 0,05), específicamente estas diferencias solo se encontraron entre colombianos (Md = 1,74) y haitianos (Md = 2,07; z = -2,61; p < 0,05), siendo estos últimos quienes presentaron mayores niveles de estrés aculturativo.
Para la variable discriminación percibida se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de inmigrantes (χ2 = 8,2; gl = 2; p < 0,05), específicamente entre colombianos (Md = 2,07) y venezolanos (Md = 1,52; z = 2,03; p < 0,05), y entre venezolanos (Md = 1,52) y haitianos (Md = 2,02; z = -2,76; p < 0,05).
En cuanto a las emociones y estados afectivos asociados a eventos de discriminación, se encontró que no existían diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de inmigrantes (χ2 = 5,5; gl = 2; p = 0,06).
Con relación al apoyo social, se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de inmigrantes (χ2 = 11,4; gl = 2; p < 0,01). En específico, las diferencias estaban entre quienes provenían de Colombia (Md = 2,58) y Venezuela (Md = 3,17; z = -1,89; p < 0,05) y entre los migrantes de Venezuela (Md = 3,17) y Haití (Md = 2,33; z = 3,37; p < 0,05). Así, los migrantes de Venezuela presentaron los puntajes más altos de apoyo social, mientras que los migrantes de Haití mostraron los puntajes más bajos.
Respecto al optimismo disposicional, los resultados indican que se presentaron diferencias estadísticamente significativas entre los tres grupos de inmigrantes (χ2 = 19,9; gl = 2; p < 0,01). Las diferencias fueron reportadas entre colombianos (Md = 4,33) y haitianos (Md = 3,67; z = 3,96; p < 0,05) y entre venezolanos (Md = 4,33) y haitianos (Md = 3,67; z = 3,77; p < 0,05). En resumen, venezolanos y colombianos presentaron, conjuntamente, los puntajes más altos de optimismo disposicional, mientras que haitianos presentaron los puntajes más bajos. (Ver tabla 2 ).
Finalmente, se llevó a cabo una prueba de independencia de chi cuadrado para evaluar la relación entre las nacionalidades de los participantes y las frecuencias reportadas en las estrategias de aculturación utilizadas. Al respecto, se observó que la relación entre estas variables no fue estadísticamente significativa (χ2 = 7,6; gl = 6; p = 0,27). Específicamente, se observó que —independientemente del país de origen— los inmigrantes utilizaron mayoritariamente la estrategia de integración, mientras que la menos usada fue la de asimilación, ver tabla 3 .
Discusión
El objetivo de este estudio fue describir y comparar las variables asociadas al proceso de inmigración en personas colombianas, venezolanas y haitianas viviendo en la región de La Araucanía. Según los hallazgos de este estudio es posible plantear que el proceso de adaptación a la cultura chilena sería experimentado de manera diferenciada por los grupos de inmigrantes considerados en este estudio.
En esta muestra, quienes más se han visto afectados por el proceso migratorio son los haitianos, quienes reportaron peores niveles de estrés aculturativo, menor apoyo social, menor optimismo disposicional, y, junto con los colombianos, perciben mayor discriminación. Estos resultados podrían ser explicados, en parte, por las características que presentan los participantes. Específicamente, en este estudio las personas provenientes de Haití presentaron menores niveles educacionales, lo que podría estar asociado a que trabajen en empleos menos calificados o informales, esto podría repercutir en condiciones laborales desaventajadas y en menores ingresos económicos. Adicionalmente, este grupo presenta una mayor distancia con la cultura chilena (i.e., barrera idiomática) y características fenotípicas más salientes (i.e., afrodescendencia), lo que podría convertirlos en objetos de discriminación, dificultando aún más su proceso de adaptación al país. A pesar de las condiciones adversas que han debido experimentar al llegar a Chile, los haitianos reportaron en menor medida emociones y estados afectivos negativos asociados a la discriminación, aunque no existieron diferencias estadísticamente significativas con los otros países.
Estos hallazgos son consistentes con los reportados por Rosales (2020 ) con datos de la encuesta Casen 2017 y podría ser explicado por aspectos propios de su cultura, relacionados con la vivencia y expresión de emociones, pues primaría la motivación y esperanza de lograr las expectativas de tener mejores condiciones de vida (Gómez-Mendoza et al., 2019 ), o bien podría vincularse a la dificultad para enfocarse en su bienestar emocional frente a las necesidades básicas de subsistencia asociadas a la posición estructural desaventajada que ocupan al llegar a Chile. Por tanto, el automonitoreo emocional podría considerarse un aspecto menos relevante en todo el conjunto de desafíos que constituye el proceso adaptativo.
Respecto al grupo de colombianos, estos son quienes reportaron menores niveles de estrés aculturativo, lo que podría atribuirse a que son quienes en promedio llevan más tiempo viviendo en Chile y, por tanto, quizás han podido comprender y adaptarse a la cultura chilena. Del mismo modo, este mayor involucramiento con la cultura chilena pudiese generar que estén más sensibles a percibir claves culturales sutiles de trato discriminatorio asociados a sus características fenotípicas distintivas (i.e., afrodescendencia) y a imágenes estereotípicas (i.e., vinculadas al tráfico de drogas, comercio sexual y delincuencia; Gissi, Pinto Baleisan, & Rodríguez, 2019), lo que podría asociarse con los mayores niveles de discriminación y emociones negativas asociadas a discriminación reportados por este grupo.
La relación directa entre percepción de discriminación y emociones negativas asociadas a discriminación en este grupo es consistente con lo reportado por Betancourt, Flynn y Ormseth (2011 ) en una muestra latina, Baeza-Rivera, Betancourt, Salinas-Oñate y Ortiz (2019 ) en una muestra chilena, y Rosales (2020 ) en encuesta Casen, quienes sugieren que los eventos de discriminación y maltrato, tales como el trato injusto y el menosprecio, conllevan la experimentación de emociones negativas como rabia, ira y tristeza. A pesar de lo anterior, los inmigrantes colombianos presentaron niveles mayores de optimismo disposicional, lo que podría favorecer el proceso de adaptación y el logro de los objetivos reportados como motivo de migración. Al respecto, la evidencia señala que en la medida que existe mayor optimismo (Otzen, Betancourt, González-Plitt, & Martella, 2016) mayor es la predisposición para superar las adversidades y desafíos propios de la migración ( Fernández-Reino, 2016 ).
Sobre los inmigrantes venezolanos, es posible plantear que estarían en una situación más favorable que los otros dos grupos (colombianos y haitianos), ya que reportaron los menores niveles de discriminación y los mayores puntajes en apoyo social y optimismo disposicional. A la fecha de recolección de datos de este estudio (antes de la crisis migratoria en el norte del país), los venezolanos eran percibidos como un grupo de inmigrantes que hacían un mayor aporte al país, eran considerados más calificados, educados y provenientes de una mejor situación económica dado su nivel educacional (Activa Research, 2019); esto podría explicar los bajos niveles de discriminación percibida encontrados en este estudio. Al igual que los colombianos, informaron un mayor optimismo disposicional, lo que junto con niveles educacionales más altos contribuirían a que puedan optar a mejores condiciones laborales y de vida, acercándolos al logro de su objetivo de migración ( Fernández-Reino, 2016 ). Adicionalmente, este grupo es el que presentó un mayor puntaje en apoyo social, es decir, dispondrían de más redes para poder desenvolverse en este nuevo contexto cultural, lo que podría amortiguar las consecuencias negativas del proceso de adaptación (García, Hombrados, Gómez, Palma, & Millán., 2017).
Al igual que estudios previos, la mayoría de los inmigrantes de este estudio informaron un mayor uso de la integración como estrategia aculturativa ( Gruia-Anghel, 2016 ; Neto, Barros, & Schmitz, 2005; Yáñez & Cárdenas, 2010), lo que debería repercutir en un mejor ajuste psicosocial en el proceso migratorio y de adaptación al país receptor (Nguyen & Benet-Martínez, 2013; Urzúa, Basabé et al., 2017). Sin embargo, los resultados sugieren que esto ocurre principalmente para venezolanos y en menor medida para colombianos y haitianos. Por lo tanto, resulta relevante describir y caracterizar los procesos de migración para cada grupo, ya que a pesar de utilizar en mayor medida la misma estrategia de aculturación, el cómo viven este proceso de aculturación podría ser diferente. Esto podría implicar que la trayectoria y el proceso de aculturación podría ser vivido de manera particular y con costos y consecuencias diferenciadas para cada grupo. Asímismo, de acuerdo con lo descrito por Tijoux y Palominos Mandiola (2015 ), es posible observar en chilenos, una jerarquización de la población migrante, basada en percepciones estereotipadas y estigmatizadoras asociada a comunidades afrodescendientes e indígenas y que afecta en mayor medida a haitianos y colombianos, complejizando aún más su proceso de adaptación.
Este estudio presenta ventajas, como la descripción del proceso migratorio en tres grupos culturales que han llegado a vivir a la región de La Araucanía, destacando las singularidades que cada uno de ellos vive. Además, existió un proceso de traducción y adaptación de los instrumentos para su uso en la muestra de participantes haitianos, con el fin de facilitar la comprensión de los ítems en su idioma original y evitar posibles sesgos de respuesta (International Test Commission, 2013).
Sin embargo, este estudio y sus resultados no están exentos de limitaciones, entre ellos, el tamaño muestral que implica que los resultados no son generalizables a todos los migrantes que provienen de los países mencionados. Esta misma limitación implicó que no se pudieran explorar otras fuentes de variabilidad, tales como el nivel socioeconómico, sexo, nivel educacional, estado civil, entre otras, para explicar posibles diferencias entre los migrantes. Además, dado el tamaño muestral tampoco fue posible realizar análisis psicométricos de los instrumentos para proveer evidencia de validez de estos, por lo que estudios futuros debieran considerar estos elementos. En consecuencia, líneas de investigación futuras debieran considerar ampliar la muestra y explorar con mayor profundidad aquellas posibles diferencias atribuibles a otras características sociodemográficas, además de incluir aspectos que tengan relación con la percepción de las condiciones de vida en su país de origen, con el fin de identificar si la llegada a un nuevo país implica mejoras para cada grupo. En próximos estudios, también es relevante ampliar las posibles consecuencias que tiene el proceso migratorio según país de origen en la salud mental. Otra limitación de este estudio es que la caracterización realizada corresponde a un momento único en el proceso migratorio y no aborda los cambios que este podría sufrir en la medida que los migrantes pasen más tiempo en el país. Líneas de investigación futuras deberán superar los diseños transversales y abordar longitudinalmente el proceso de migración y con el fin de evaluar si este cambia a través del tiempo.
Para concluir, los resultados expuestos señalan que el proceso de migración debería ser entendido como un proceso único que responde a las características que poseen quienes migran, al proceso migratorio en sí y a cómo son percibidos por la cultura receptora.
Resumen:
Introducción
Método
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Resultados
Discusión